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Microondas Terrestres
Una
red por microondas es un tipo de red inalámbrica que utiliza microondas como
medio de transmisión. El protocolo más frecuente es el IEEE 802.11b y transmite
a 2.4 GHz, alcanzando velocidades de 11 Mbps (Megabits por segundo). Otras
redes utilizan el rango de 5,4 a 5,7 GHz para el protocolo IEEE 802.11ª.
Las
microondas son ondas electromagnéticas cuyas frecuencias se encuentran dentro
del espectro de las súper altas frecuencias, SHF.
Las
principales frecuencias utilizadas en microondas se encuentran alrededor de los
12 GHz, 18 y 23 Ghz, las cuales son capaces de conectar dos localidades entre 1
y 25 kilómetros de distancia una de la otra. El equipo de microondas que opera
entre 2 y 6 Ghz puede transmitir a distancias entre 30 y 50 kilómetros.
Aplicaciones
El
uso principal de este tipo de transmisión se da en las telecomunicaciones de
largas distancias, se presenta como alternativa del cable coaxial o la fibra
óptica.
Este
sistema necesita menor número de repetidores o amplificadores que el cable
coaxial pero necesita que las antenas estén alineadas.
Los
principales usos de las microondas terrestres son para la transmisión de
televisión y voz.
Aunque
las microondas son lógicamente superiores, ni las distancias, ni la capacidad
del medio, ni la velocidad, la convierten en un sistema muy utilizado.
Pero
a pesar de todo, las microondas terrestres siguen conformando un medio de
comunicación muy efectivo para redes metropolitanas para interconectar bancos,
mercados, tiendas departamentales y radio bases celulares.
Microondas por satélite
En
las comunicaciones por satélite, las ondas electromagnéticas se transmiten
gracias a la presencia en el espacio de satélites artificiales situados en
órbita alrededor de la Tierra.
Un
satélite actúa básicamente como un repetidor situado en el espacio: recibe las
señales enviadas desde la estación terrestre y las reemite a otro satélite o de
vuelta a los receptores terrestres.
Los
satélites son puestos en órbita mediante cohetes espaciales que los sitúan
circundando la Tierra a distancias relativamente cercanas fuera de la
atmósfera. Los tipos de satélites según sus órbitas son:
Satélites
LEO (Low Earth Orbit, que significa órbitas bajas). Orbitan la Tierra a una
distancia de 160-2000 km y su velocidad les permite dar una vuelta al mundo en
90 minutos. Se usan para proporcionar datos geológicos sobre movimiento de
placas terrestres y para la industria de la telefonía por satélite.
Satélites
MEO (Medium Earth Orbit, órbitas medias). Son satélites con órbitas
medianamente cercanas, de unos 10.000 km. Su uso se destina a comunicaciones de
telefonía y televisión, y a las mediciones de experimentos espaciales.
Satélites
HEO (Highly Elliptical Orbit, órbitas muy elípticas). Estos satélites no siguen
una órbita circular, sino que su órbita es elíptica. Esto supone que alcanzan
distancias mucho mayores en el punto más alejado de su órbita. A menudo se
utilizan para cartografiar la superficie de la Tierra, ya que pueden detectar
un gran ángulo de superficie terrestre.
Satélites
GEO. Tienen una velocidad de traslación igual a la velocidad de rotación de la
Tierra, lo que supone que se encuentren suspendidos sobre un mismo punto del
globo terrestre. Por eso se llaman satélites geoestacionarios. Para que la
Tierra y el satélite igualen sus velocidades es necesario que este último se
encuentre a una distancia fija de 35.800 km sobre el ecuador. Se destinan a
emisiones de televisión y de telefonía, a la transmisión de datos a larga
distancia, y a la detección y difusión de datos meteorológicos.
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